domingo, 24 de abril de 2011

PAHUATLAN



Deja que yo te busque
y si te encuentro, y si te encuentro,
vuelve otra vez...


Pahuatlan de Valle, La pahua frondosa como define el joven Vargas a este pueblo, con su leyenda, hay que decirlo narcisista, que hace de una de sus comunidades la cuna del gran Xolotl, no sólo embriaga con sus huapangos y su tradición huasteca. Tiene, como pueblo serrano, un especial encanto que entre versos y falsetes aún no logro definir.
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Tal vez sean sus calles estrechas y serpenteantes que como pequeños laberintos seducen y enamoran. Todas suben y bajan a capricho, todas de piedra a la intemperie de los siglos, todas con un espíritu de vitela intacto.
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Tal vez sea su plaza deliciosa para discurrir en el sosiego de la noche oyendo el jazz, el son cubano y el huapango que se dieron cita para hacer divagar mi espíritu por las rutas de la historia y la eternidad.
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Tal vez sean las luces amables de sus crepúsculos que se alargaron y no acaban de irse. Mansa acogida de sus vetustos rincones. Todo el sabor humano de la vida, con su riqueza de matices y ternura.
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Tal vez sea su paisaje de agua que suave y difusa corre entre la bruma de piedras y árboles, y hasta parece que las cosas son y no son en su gran campiña verde y abierta en la modestia y suavidad de su lomerío...

Tal vez todo el encanto tiene que ver con Raquel, mi apacible compañía que sin pensarlo caminó sobre la hojarasca donde estuvo el campamento y quizá decía, aprendido de las “Rimas”, mientras tomaba alguna hoja seca -y tenías sólo veinte años…

2 comentarios:

  1. fuiste a Pahuatlan?
    moloteaste?
    huapangueaste?
    y lo mas importante, que me trajiste?
    jiji Dx!!!!

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  2. el joven Vargas mmmm... mi viejito lindo

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