martes, 6 de noviembre de 2012

AHÍ

Ahí estabas tú
más bonita que la tarde
con tu falda azul
y tus ojos hondos de tristeza

como un charco de cielo
con la bandera de tus labios
y temblando como un ave
a la orilla misma de tu risa
te me despediste

era tarde
y tus ojos
como un jardín de espadas
atravesaron de tajo todas las horas negras

yo te amé con una pena inmensa
amé tus manos blancas
y tus ojos tristes

todo terminó ahí
simple como ese viento
que pasa delirando
bajo cualquier cielo de lágrimas…

Jaime Cuijingo