domingo, 29 de noviembre de 2009

LOS VASOS ARRIBA!!!

A mí me suele ocurrir, que después de haber pasado cierto tiempo dedicado a una actividad subyugante, descubro estupefacto su escasez o su ausencia de sentido. I es que a veces, creo que soy demasiado escolástico; i no precisamente en el sentido religioso o peyorativo del término, que parece ser el único que generalmente se conoce, sino en un sentido aún peor, más detestable: escolasticismo que permite vivir i dar la razón con el pensamiento de otros, que vivieron otra edad i hablaron otra lengua; como si fuera posible a punta de prolijas relecturas saltar los límites del habla i de la historia.
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Así, a unos días de haber dejando el Qosqo i a unas horas de regresar a México, solo me queda decir como se dice en los waynos i yaravíes: ¡los vasos arriba!
A veces, para comprender ciertos dolores, es necesario oír los yaravíes en las noches, desgranados en zampoñas i alaridos de quena:
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…descansa corazón fatigado,
de las penas de este mundo,
porque el sueño eterno y profundo
arrancará tu existir…

es necesario oír las despedidas i la nostalgia de todas las partidas en los waynos:
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tú estarás pensado,
en las leguas del camino
y yo triste sollozando
de mi idolatrado sueño…

es necesario, como decía Baudelaire, a toda hora levantar los vasos con i sin nostalgia, con amarga filosofía, con amor campesino i artesano por las notas inigualables:
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tú eres el cielo,
yo soy la nube,
tú los fulgores
las sombras yo…

esto es, netamente sencillo i tan hondamente triste. Es necesario oír los yaravíes por las noches i desparramarse poco a poco entre estrofas nocturnas, mientras levantamos los vasos:
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Cuzqueñita capuliñahui
cuando me vaya solo te pido
una mirada piadosa
de tus lindos ojos…
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