¿POR QUÉ LA GENTE ESCRIBE POEMAS?

Respuesta a Maury Estrada

Primero: no olvides que un poema es una metamorfosis. Parte de una realidad y produce de la misma una versión transfigurada pero inteligible. El poema es entonces un punto medio entre lo literal y lo incomprensible. Lo literal, como propones que sea, es prosaico y lo incomprensible es incomunicable, por eso se escriben poemas, aunque hay que aclarar que la punta de extrañeza que causa el decir poético se debe a que un poema nunca dice lo esperado. Por lo demás, ya tantas veces repasado entre nosotros, un poema no es dialógico, en el sentido de que en él no hay un intercambio, es un monólogo: uno es el de la voz y otro es el oyente, y éste permanece siempre atento y mudo.

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Segundo: Tal vez la pregunta debería ser ¿Es un poema algo que va enserio?

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Pero volvamos a tu pregunta ¿Por qué la gente escribe poemas?

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No lo sé, quizá el poema sea cosa de adivinación: espirar e inspirar. Poemas que se adivinan respirando sin desdén y oscilando entre sentir y saber. Poemas que se adivinan dinámicos, heterodoxos y eclécticos. O no, quizá el poema sea energía exagerada, un día de silencio, tejido de signos, arena y al fin, nada.

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Si acaso aquel viejo, Heráclito de Éfeso, tenía razón y todo es aproximación, los poemas posiblemente sean un accidente, un desborde de aquel río rutinario en donde nadie desciende dos veces. Sí, un accidente. Aproximación y poemas: ni más ni memos; lo único o casi lo único, porque seguramente no hay nada que sea único en este mundo, aunque creerlo sea lo más sencillo ¿no somos de las creencias -y de las esperanzas- agradables juguetes? Porque en la creencia también cabe el errar y se suele discurrir montados en metáforas mudas, habría que insistir en la adivinación como forma genuina de aproximarse y poetizar y no como un simple juego de metátesis y epéntesis, porque aproximación y poesía también es un planteamiento estético de incluso, negación.

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Responder a la pregunta ¿Por qué la gente escribe poemas? es comenzar de nuevo, es una propuesta de principio y nunca de fin, propuesta única de aproximarse; el poeta sólo se aproxima; el amor por ejemplo es apenas posible entre desconocidos que a veces se aproximan; aproximaciones ocurridas bajo la epifanía de lo real.  Aproximación, en este estadio del simulacro y mimetismo, nunca será apariencia, sino instancia primaria de voluntad donde poetizar es la actitud franca de toda existencia.

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El poema como aproximación significa estar en movimiento continuo, como un superávit estético para alejar al mundo del desplome melancólico; el poema como aproximación es una alianza con las formas agónicas del yo poético, cada vez más decadente y cada vez más sospechoso. El poema como aproximación no es una fuga sino formalidad ante la historia, el arte, la revolución, los nahuas, etc., porque en principio, la poesía es propuesta de posibilidades para transgredir las imposibilidades.

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Aproximarse por el poema al amor, a la muerte, o a cualquier otro referente, entraña una forma de afirmarse en el mundo, por eso la gente escribe poemas, para sobrevivir, para simplemente SER.

Jaime Sánchez Castillo San Matías Cuijingo