martes, 10 de abril de 2012

...Y EL CHARCO SIN ESTRELLAS DEL CORAZÓN

Muchos de ellos, por complacer a tiranos,
por un puñado de monedas, o por cohecho o soborno
están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos.
-Emiliano Zapata-




Tanto silencio
tanto desamparo y soledad
tanta ruina entre las paredes del corazón
tanto recuerdo despedazado con el intercambio
de las balas entre fanáticos enloquecidos
.
tanto nombre suelto y tanto sollozo
volando desde cada esquina
hacia los campamentos rojos
del cielo
.
tantas miradas infantiles que ya nos cosechó la muerte
.
tanta pregunta inútil
tanto grito aterido y amarillo
tanta garganta destrozada llamando al hijo
a la madre
al hermano que murió
.
y este dolor que es nuestro y para toda la vida
seguirá siempre a nuestro lado como un mudo
y terrible estandarte de sombras
.
pocos quieren creerlo
pero los muertos ya nos miran desde los recodos
del silencio
y de la pena
exigiendo
un bosque de horcas vengadoras
.
todavía hay quien ama las flores
y tal vez por eso
pocos son quienes lo creen
pero la muerte llega así
con pasos de humo y rumor de algo lejano
.
todos los días en las calles caen a tiros
los que necesitaron salir a trabajar
mientras el maldito enano
y su mujer
beben y se ríen
.
no hay más horizonte que el que nos tiembla en la mirada
por eso ya sólo nos queda herir de muerte a los relojes
para restaurar la risa acribillada a balazos
las plazas abatidas y olvidadas
y el charco sin estrellas del corazón…

Jaime Sánchez Castillo - San Matías Cuijingo

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